MEDIO AMBIENTE Y DERECHO

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viernes, abril 28, 2006

La agenda política del Gobierno no contiene la generación nuclear: Michelle Bachelet se comprometió con ambientalistas chilenos

Una cosa es que Chile decida no incluir a la generación nuclear en su malla energética y otra es negarse a analizar la materia, al punto de prohibir hablar sobre el asunto como si esta alternativa no existiera.

La Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) no puede evaluar, por ahora, técnicamente esta alternativa porque no está en la agenda de Gobierno. Es un compromiso.
La Comisión Nacional de Energía, por su parte, eliminó de su sitio web una sección dedicada a este tema vetado. Consultamos la razón. Constestaron: "la pregunta es muy amplia".
La razón es un acuerdo que firmó la candidata Michelle Bachelet con gran parte de los ecologistas de nuestro país, hecho que amordazó a la CCHEN.
A través de la ONG Chile Sustentable, dirigida por Sara Larrain, la Mandataria suscribió un acuerdo de 10 compromisos de sustentabilidad ambiental. El quinto dice textualmente: "No incluir la opción nuclear en la política energética nacional".
"Desde el punto de vista académico, me preocupa este rechazo absoluto, porque desincentivamos la formación de recursos en esta área y perdemos un acervo cognitivo importante", declara Claudio Tenreiro, ex director de la CCHEN.
Este sesgo de lo nuclear contamina indirectamente la investigación y sus aplicaciones, como medicina, seguridad radiológica y sus instalaciones.
"Además, lo nuclear es transfronterizo. Si un reactor argentino tiene problemas, debemos ser capaces de reaccionar y ayudar. Los rusos fueron incapaces de manejar la situación de Chernobyl", aclara Tenreiro.
El alegato
Claudio Tenreiro ya no es funcionario de Gobierno. Como académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Talca, trabaja en astrofísica nuclear, eficiencia energética y energía renovable.
Le molesta la negación al tema sin que éste sea analizado.
"Quizás la generación nuclear de potencia no es para todos los países. Tal vez a Chile le convenga más que Argentina construya unas cinco centrales para exportar energía. Pero no sabrá esto hasta conocer cuál es el potencial energético total que tiene", plantea Tenreiro.
Comparte la opinión con Sara Larrain en cuanto a que Chile tiene esta gran tarea pendiente, además de su retraso en eficiencia energética.
Los principales puntos que alega Sara Larrain "son los riesgos inaceptables de contaminación radiactiva que implica la opción nuclear, la dependencia energética y tecnológica y la grave vulnerabilidad geopolítica".
Larrain, detalla:
Aún no existe tecnología para la disposición final de los desechos radiactivos, con vida media de 10 mil años.
Cualquier emisión radiactiva es más posible en un país sísmico como Chile.
Las plantas nucleares, las piscinas de desechos y el transporte son blancos estratégicos en caso de tensiones políticas.
Claudio Tenreiro responde a esas afirmaciones.
Destaca que sí existen tecnologías para el depósito de desechos nucleares y su manejo responsable. Incluso, en países con alta sismicidad, como Japón, Pakistán e India.
El material peligroso se guarda encapsulado y densificado en una matriz de vidrio que, a su vez, se introduce en otros contenedores. "Sólo el golpe de un meteorito podría vulnerar este sistema", dice.
Todo progresa
Esa tecnología de vitrificación, que se usa ahora, provino de la naturaleza, cuando hace millones de años un grupo de bacterias provocó fisión en un reactor natural en Oklo, África.
Los residuos permanecen allí. La alta temperatura derritió la arena hasta formar una matriz de silicio que los encerró.
Para los residuos radiactivos de vida media larga, Claudio Tenreiro asegura que también existe tecnología de punta.
Son sistemas de transmutación, que pasaron las etapas de prueba. Ahora se trabaja en cómo esto puede transformarse en algo económicamente viable para utilizar a escala industrial.
La transmutación introduce una reacción nuclear que cambia el núcleo que se tiene por otro, lo transforma en un núcleo de vida corta o bien en uno estable.
Los desechos problemáticos son los productos de la fisión, el principal objetivo de la nueva tecnología: acortar la vida media en un año para los más peligrosos y a no más de 100 años para los de vida media larga.
El proceso se puede realizar en instalaciones fuera de la planta, idealmente regionales para abaratar costos. Pueden emplearse reactores subcríticos, que necesitan de un acelerador de partículas para funcionar.
Eso da seguridad adicional. Si se apaga el acelerador, se apaga el reactor de inmediato como apagar la luz. No hay que bajar barras ni nada de eso para que se acabe la reacción nuclear.
Países como Suecia guardan los desechos para que las futuras generaciones puedan usarlos. Lo que llamamos residuos radiactivos hoy pueden ser mañana una gran fuente energética.
"Hay que preguntarse entonces -dice Tenreiro- si queremos deshacernos del residuo o guardarlo como fuente energética, como es el caso del plutonio y otros elementos radiactivos generadores de calor."
Combustible a pilas
En cuanto a que las plantas pueden ser blancos estratégicos, Tenreiro asegura que ningún país se arriesgaría ante la comunidad internacional a ser provocador de catástrofes nucleares.
"Sí hay modos simples para detener un reactor sin destruirlo y sin causar ningún daño ambiental", precisó.
El físico nuclear informa que hay varias tecnologías nuevas de reactores, con EE.UU. a la cabeza. La idea es buscar que el combustible esté encerrado en pilas y que éstas se puedan recambiar in situ cada ocho años.
Hay varios modelos para estas ideas conceptuales.
A diferencia de las barras de combustibles, esas pilas vendrían en un sistema sellado. El corazón del reactor hoy puede tener 200 barras con sus elementos combustibles; se ponen de a una. En las pilas, todo vendría en una solo recipiente compacto.
Además, ello evitaría las piscinas que almacenan las barras de combustible. Las pilas irían a un lugar de reprocesamiento. Allí las desarmarían, sacarían el combustible y separarían los componentes por peligrosidad química y por radiactividad.
La Agencia Internacional de Energía Atómica analiza este tipo de reactores con pilas hace un par de años.
Tenreiro en sus palabras:
"Los principales ambientalistas mundiales son hoy pro energía nuclear debido a que las centrales no emiten gases invernadero. No entiendo a los ambientalistas chilenos. Será como la moda, que siempre llega con retraso en Chile".
"El Gobieno no puede oponerse a la generación nuclear, sólo regularla. No es constructor de centrales hidroeléctricas ni de nucleares. Es la empresa privada la que decide el negocio. Endesa está pensando en la opción y los empresarios chilenos no ven obstáculo".
"Chernobyl ya no sirve de excusa, porque hoy existe seguridad intrínseca en las plantas nucleares. Sólo queda la responsabilidad humana de por medio".