MEDIO AMBIENTE Y DERECHO

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miércoles, mayo 10, 2006

Gobiernos y Organizaciones se unen por el No a la Caza de Ballenas

El mundo le dice No a la Caza de Ballenas mientras que tres países, Japón, Noruega e Islandia, hacen oídos sordos a estas declaraciones guiados por sus intereses comerciales carentes de sentido común. Necesitamos entre todos unir esfuerzos... porque queremos a las ballenas vivas y le decimos No a la Cacería.
Cada día nuevas alianzas se generan a fin de evitar que Japón tome control de la Comisión Ballenera Internacional para reabrir la cacería comercial de cetáceos a gran escala. Días atrás Nueva Zelanda, Australia y Gran Bretaña montaron una ofensiva diplomática para impulsar a la mayor cantidad de naciones para unirse y aumentar así el bloque anti-ballenero. En Estados Unidos, una coalición de organizaciones envió una carta al presidente Bush solicitando una política más agresiva de oposición a los esfuerzos de Japón por lograr la aprobación internacional para cazar ballenas. Esta coalición está integrada por Defenders of Wildlife, Friends of the Earth, Greenpeace, the Humane Society of the United States, the Natural Resources Defence Council, Oceana, y Whale and Dolphin Conservation Society. La coalición pide que se despliegue la diplomacia, comercio y recursos necesarios para que los Estados Unidos se opongan a la membresía permanente de Japón en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas hasta ese país respete las leyes internacionales de protección de las ballenas.
En simultáneo otra Coalición integrada por gobiernos de doce países, incluida la Argentina, solicitó a Noruega que detenga la matanza de Ballenas. La temporada de cacería en ese país se inició el 1 de abril. Este año el cupo de caza es el mayor desde 1980, se otorgaron permisos para capturar 1.052 ballenas Minke. A través de un diplomático Británico en Oslo se entregó la protesta al Ministro de Relaciones Exteriores, expresando el repudio a la innecesaria cacería que lleva adelante Noruega y se solicita detener la matanza y respetar la moratoria internacional a la caza de ballenas. Argentina firmó esta declaración junto a Australia. Bélgica, Brasil, Francia, Países Bajos, Nueva Zelanda, España, Gran Bretaña, Alemania, Austria y la República Checa.
El mundo le dice No a la Caza de Ballenas mientras que tres países, Japón, Noruega e Islandia, hacen oídos sordos a estas declaraciones guiados por sus intereses comerciales carentes de sentido común. En los próximos meses, los gobiernos y organizaciones de la sociedad civil que apuestan a la conservación seguirán generando nuevas estrategias para contrarrestar la presión de Japón. Las ballenas no entienden de fronteras políticas. Por eso les pedimos a todos ustedes, sin importar en qué ciudad o país vivan, que apoyen las iniciativas y campañas de las organizaciones que exijan a sus gobiernos la participación activa a favor de la conservación de las Ballenas. Necesitamos entre todos unir esfuerzos... porque queremos a las ballenas vivas y le decimos No a la Cacería.
Hoy, la situación es crítica. A tan sólo dos meses de la próxima reunión anual de la CBI en ST. Kitts, Japón tiene a su favor a la mayoría de las 66 naciones que integran esta Comisión. Muchos de estos votos favorables a su política comercial y de investigación letal han sido comprados a cambio de acuerdos comerciales con naciones pobres. A pesar de esto, es aún poco probable que pueda obtener la mayoría del 75 % de los votos que se necesita para dar fin a la moratoria en la caza comercial de ballenas que existe desde 1986. El Ministro de Conservación de Nueva Zelanda, Chris Carter, en una reciente nota dijo al respecto que aunque la moratoria continúe la simple mayoría permitiría a los japoneses tomar la presidencia de la CBI, puesto hoy vacante, eliminar el Comité de Conservación de la CBI, promover el comercio de los productos de ballena y ganar apoyo para expandir su tan controvertido programa científico. Esto convertiría a la CBI en pro ballenera introduciendo medidas como votos secretos, los cuales protegerían a países que votan con Japón pero que son reticentes a hacerlo públicamente.
Hace tan sólo 10 días, la flota ballenera japonesa regresó del Océano Austral con un registro de 863 ballenas cazadas, incluyendo 853 ballenas minke y 10 ballenas fin, una especie en gran peligro de extinción. Esto es el doble de la cantidad de ballenas que Japón mató en las mismas aguas el año pasado. Roger Payne, presidente del Ocean Alliance/Whale Conservation Institute, durante el lanzamiento de la coalición creada en los Estados Unidos, declaró lo siguiente: "Los sonares militares, el enmallamiento en redes de pesca y el calentamiento global representan una gran amenaza para lograr la recuperación de las poblaciones de ballenas de la cacería comercial histórica. El aumento del número de individuos cazados por Japón es demasiado para muchas especies de ballenas. La continuidad de la matanza y los esfuerzos de Japón por lograr la aprobación internacional de la cacería comercial, son serias amenazas para las ballenas y debemos oponernos de todas las maneras posibles antes que sea demasiado tarde."
América Latina tiene una oportunidad única y el potencial para unir esfuerzos para evitar que Japón controle la CBI. La Declaración de Buenos Aires, iniciativa que fue liderada en 2005 por el gobierno de Argentina y firmada por 13 Países de América Latina, el Hemisferio Sur y España, expresa claramente la condena a la cacería científica, apoya la continuidad de la moratoria y reafirma el derecho al uso y gestión no letal de las ballenas, particularmente a través del avistaje e investigación no invasiva. Los firmantes acordaron que los Estados miembros de la CBI de América Latina y del Hemisferio Sur intensificarán la coordinación de sus políticas en relación a esta Comisión e invita a aquellos Estados latinoamericanos asistentes, que no forman parte de la CBI, y que cuentan con sólidas políticas conservacionistas a sumarse a dicho organismo. Este es el momento de actuar y ejercer el derecho al uso no letal de los cetáceos.
Muchos países de nuestro continente, argumentan su no participación por problemas económicos, al no poder afrontar el pago de las cuotas anuales de la CBI. Este argumento no es válido cuando está comprobado que el valor de la cuota para ser país miembro puede ser pagada por las mismas ballenas. Las ballenas vivas tienen un gran poder económico al atraer el turismo internacional y generar puestos de trabajo directo e indirecto por la industria que genera el avistaje. Y lo más importante es que estos beneficios se mantienen a largo plazo, pues una ballena viva puede ser avistada durante muchos años, mientras que una ballena muerta es ganancia pasajera de muy pocos.
Hoy, los argumentos económicos en pro de la cacería de cetáceos deben ser abandonados. Deben prevalecer los argumentos éticos que permitan a las naciones ejercer el derecho soberano al uso no letal y sustentable de las ballenas que viven en sus mares. www.ecoportal.net
Tomado deLista Franca - Nº 115El boletín del Instituto de Conservación de Ballenaswww.icb.org.ar